La vacuna es la mejor forma de evitar esta enfermedad y está disponible en todos los centros de salud de la provincia. Las personas que viajen a países que han confirmado la circulación del virus deben aplicarse la vacuna como mínimo diez días antes de visitar el lugar.
El Ministerio de Salud Pública mantiene la vigilancia epidemiológica y reitera las recomendaciones para prevenir Fiebre Amarilla, recordando que deben aplicarse la vacuna contra esa enfermedad quienes viajen a zonas de riesgo y no tengan contraindicaciones. La vacuna es gratis y está disponible en los centros de salud con vacunatorio de la provincia.
El estado brasileño de Río Grande do Sul reportó una muerte de un mono aullador por fiebre amarilla a menos de 50 kilómetros del límite internacional. El animal fue hallado en junio pasado en la zona rural de la localidad de Santo Antonio de las Misiones y los estudios de laboratorio concluyeron la semana pasada, informaron del Centro Estatal de Vigilancia de Salud de Rio Grande do Sul.
En este contexto, la directora general de Epidemiologia, Angelina Bobadilla, dijo: “Es importante que todas las personas que van a viajar a países que han confirmado la circulación del virus de Fiebre Amarilla, se apliquen la vacuna como mínimo diez días antes de visitar el lugar, a fin de generar una protección eficiente y evitar complicaciones durante el viaje”.
Insistió en que “es prioridad prevenir la Fiebre Amarilla vacunando sólo a quienes visiten áreas de riesgo de adquisición de la enfermedad y no tengan contraindicación para la vacunación. No deben revacunarse quienes hayan recibido una dosis de vacuna contra la Fiebre Amarilla luego del segundo año de vida”.
La vacuna está disponible y es gratuita en todos los centros de salud con vacunatorio de la Provincia.
Por otro lado, se refirió a la importancia de notificar “monos muertos ya que la posibilidad de detectarlos es algo que representa la alerta inicial para determinar la posibilidad de la circulación del virus en nuestro país”.
La Fiebre Amarilla es producida por un virus, que se transmite por la picadura de un tipo de mosquito, que previamente ha picado a una persona enferma y de esa manera se ha infectado. No todos los mosquitos contagian la fiebre amarilla, sólo aquellos que previamente han picado a un individuo enfermo. Se llama fiebre amarilla, porque a muchos de los que se enferman se les pone la piel de ese color.
“Con el equipo de Salud Pública mantenemos la vigilancia activa y trabajamos en articulación con las instituciones involucradas en este tema para prevenir la enfermedad, e insistimos en las medidas de prevención, todos debemos tener una dosis de fiebre amarilla aplicada”, remarcó la funcionaria.
El contagio solo se produce por la picadura de los mosquitos infectados. No se contagia a través del contacto personal, objetos ni por la leche materna. Si bien cualquier persona puede contraer la fiebre amarilla, las personas de mayor edad y los niños, tienen mayor riesgo de presentar una enfermedad grave.
Los síntomas iniciales pueden ser similares a los de una gripe e incluir fiebre, dolor de cabeza, vómito y dolores musculares. A medida que la enfermedad progresa, sangran las encías y la orina también contiene sangre. El paciente puede también sufrir ictericia (coloración amarilla de la piel).
No hay un tratamiento específico para la enfermedad. Solamente se tratan los síntomas. Por eso es importante que concurra al Centro de Salud ante la sospecha. Allí le serán indicadas las medidas adecuadas a cada caso. No se automedique, porque los antifebriles de uso habitual pueden ser extremadamente perjudiciales.
Prevención
Si vivimos o vamos a viajar a una zona de riesgo debemos estar vacunados. La vacuna es segura y efectiva, y se puede colocar a partir del año de vida junto al resto de las vacunas. Para personas mayores de 60 años debe evaluarse la necesidad real según exposición a área de riesgo. La protección de la vacuna comienza 10 días después de la aplicación.
Si no estamos vacunados, o si nos colocamos la vacuna hace menos de 10 días y debemos viajar a una zona de riesgo, debemos evitar picaduras de mosquito colocándonos repelentes, ropas claras y de mangas largas y pantalones largos.
Tratemos de no permanecer en espacios abiertos durante las horas donde hay más mosquitos: desde el atardecer hasta entrada la noche.
También hay que usar repelente en abundancia y renovar la aplicación según el tipo y concentración del mismo utilizado, especialmente si se estuvo en contacto con agua o si se transpiró en abundancia.
Evite la reproducción de los mosquitos, vaciando todos los envases que acumulan agua.
Los monos también se enferman de fiebre amarilla, y a veces son los primeros en enfermarse. Por eso si vemos monos muertos o enfermos, debemos informar al área sanitaria animal o entro de salud más cercano.