La hidrovía de los ríos Paraguay-Paraná, uno de los cursos de agua más importantes de la economía regional, es protagonista de una dura batalla de futuro incierto.
La pelea estalló en enero pasado cuando Argentina comenzó a cobrar un peaje de USD 1,47 en el tramo Santa Fe-Confluencia, y fue escalando con el paso de los meses. A los barcos extranjeros, que van con su carga en camino hacia el Río de la Plata, se les cobra en dólares, y a los argentinos ese mismo monto, pero en pesos.
La tensión escaló días atrás porque Argentina mantenía retenido al remolcador paraguayo HB Grus desde el 28 de julio pasado, y sólo después del pago de una multa de USD 4.500 la Justicia local lo liberó. Poco después la prensa brasileña informaba que los argentinos también habían retenido un convoy de embarcaciones pertenecientes a la empresa Hidrovias do Brasil, en un episodio confuso, porque el Gobierno argentino reconoce la tensión con Paraguay, pero niega haber retenido a embarcación brasileña alguna.
Sin embargo, es un asunto que preocupa a Brasil, que está en consulta permanente con los miembros del Mercosur y Bolivia para encontrar una solución en el marco de la institucionalidad de la hidrovía Paraguay-Paraná. El ingreso de la Administración General de Puertos para controlarla en 2021 y 2022 sorprendió a pocos, por los sucesivos anuncios de que se iba a nacionalizar el manejo de la caja, aunque no la realización de las obras y el dragado de esta vital vía navegable, por donde se transporta el 80% de la producción exportable.
COBRO DE PEAJE
El cobro de peaje de las embarcaciones extranjeras y nacionales que exige la Argentina desde enero pasado para financiar esos trabajos, y que apoya el empresariado local, crispó fuertemente los ánimos de los países vecinos, que hasta piensan en llevar a un arbitraje la cuestión. Pero especialmente es Paraguay el más enojado en medio de esta suerte de nueva batalla sobre el vital curso de agua regional. La prensa en Asunción dice que Argentina actúa como "un vulgar asaltante de caminos".
En el Congreso del vecino país hubo declaraciones de repudio por el cobro del peaje, incluyendo a las fuerzas políticas que apoyan a Santiago Peña, quien ya le había hablado de este tema al presidente Alberto Fernández, cuando lo visitó tras ganar las elecciones este año. Y hace unos días el embajador Domingo Peppo fue convocado por la Cancillería vecina. Con su colega Julio Arriola establecieron que va a seguir el conflicto en el marco de un comité mixto, pero la tensión sobre la hidrovía creció.
Los paraguayos, que no tienen mar, son altamente dependientes de la hidrovía, y el número de sus barcazas aumentó a la par de la debacle de la marina mercante argentina.