El Juzgado utiliza un chat que puede dar respuestas para casos estandarizados. El tiempo que se tardaba para la ejecución del proyecto de forma manual era de 30 minutos y con la herramienta pasó a 5 minutos.
Un Juzgado de la provincia de Corrientes implementa una novedosa técnica empleando inteligencia artificial para la redacción de sentencias y resoluciones. Se trata de un chatbot que optimiza el rendimiento y funcionamiento de los procesos internos de las instituciones.
En 2018 se firmó un convenio de colaboración gratuita entre el Poder Judicial de Corrientes, el Laboratorio de Inteligencia Artificial de la UBA, y el Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires. A través de ese convenio, el Juzgado Nº 2 en Corrientes trabajó en la implementación de inteligencia artificial y fue en 2019 y 2020 cuando más se lo utilizó, según explicó la jueza con competencia administrativa Nº 2 en Corrientes, Belén Güemes, en un medio local.
"Lo que se hizo en concreto fue la creación de un chatbot que es utilizado por una persona que está haciendo un proyecto en específico", dijo. El chatbot hace una serie de preguntas y, en base a lo que la persona responde, genera un documento de un proyecto de decisión de sentencia o de alguna medida de protección urgente, informó. "Ese proyecto es revisado posteriormente en forma humana, para chequear primero si están bien todas las respuestas que se dieron, o si ese caso no tenía alguna cuestión distinta", explicó en un medio local.
Con respecto a cómo se llegó a diseñar este chatbot, Güemes informó que se crearon "árboles de decisión", es decir "ver qué camino hace mi cerebro para llegar a una u otra decisión. Y entonces en base a eso se fueron armando estas distintas preguntas, y se armaron los distintos modelos de decisión", dijo.
En lo referido a las ventajas de utilizar esta herramienta, la jueza sostuvo que midieron cuánto tiempo llevaba a la persona a hacer estos proyectos sin la inteligencia artificial, desde que empieza a ver la causa, hasta que impacta en el sistema de gestión. "Y al principio, sin usar el sistema, nos llevaba un promedio de 27 minutos, y luego de utilizar el sistema, un promedio de 5 minutos", aseguró.
"Es difícil que la inteligencia artificial ponga en riesgo trabajos completos de una persona. Se pueden, tal vez, poner en riesgo ciertas tareas, en el sentido de que esas tareas las deje de hacer una persona y las haga un sistema", reflexionó.
"También es importante que estos sistemas sean controlados por personas humanas, que no pensemos que esto es una cuestión mágica que resuelve todo. Tenemos que pensar que muchas veces, incluso en el uso de estos sistemas, se pueden avasallar derechos. Por lo tanto, también tenemos que pensar en los riesgos y en el control", afimó. Asimimo dijo: "En este caso, no tiene prácticamente riesgos, porque es un proyecto, no es una sentencia que sale automática", afirmó.